Los espacios también curan.
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Cómo el interiorismo impacta más allá de la estética.
Hay lugares que simplemente se sienten bien. Entramos y respiramos distinto. No sabemos si es la luz, los materiales, los colores… solo sabemos que ahí estamos bien. No es coincidencia. Es diseño con intención.
En Acerto creemos que los espacios no solo se ven: se sienten, se habitan y también sanan. Esta es la razón por la que el interiorismo no es solo una cuestión de estética, sino una herramienta de bienestar.
El poder terapéutico del espacio
Numerosos estudios en psicología ambiental demuestran que los espacios afectan nuestras emociones, niveles de estrés y bienestar general. Elementos como la luz natural, los materiales orgánicos, la disposición del mobiliario y la ventilación tienen un impacto directo en nuestro sistema nervioso.
Un entorno caótico o sobreestimulado puede generar ansiedad o fatiga, mientras que un espacio ordenado, con flujo natural y elementos reconfortantes puede contribuir a la recuperación emocional y a una mejor calidad de vida.
“El diseño de un espacio puede facilitar o dificultar el bienestar psicológico, dependiendo de su capacidad para satisfacer necesidades humanas básicas como seguridad, pertenencia y autorrealización.”
— Evans, 2003
Interiorismo con intención: más que decoración
El interiorismo consciente parte de la premisa de que cada elemento tiene un propósito: desde la elección de una silla ergonómica hasta los materiales que evocan calma o conexión con la naturaleza. Incorporar texturas naturales, colores tierra o piezas artesanales no es una tendencia: es una forma de generar espacios que dialogan con lo humano.
En contextos de trabajo, salud o descanso, se ha visto que un buen diseño interior mejora la productividad, reduce el ausentismo y promueve la tranquilidad (Ulrich et al., 2008). Esto ha llevado a muchos arquitectos e interioristas a trabajar de la mano con psicólogos o terapeutas del ambiente.
El diseño como parte del cuidado
Así como buscamos una buena alimentación o ejercicio para cuidar el cuerpo, también debemos cuidar nuestros espacios. Vivir en un entorno que nos represente, que esté diseñado para nuestro estilo de vida y que promueva la armonía, es una forma de autocuidado.
Diseñar no es solo crear algo bonito, es construir un refugio emocional.
Y en Acerto creemos en eso: en crear muebles y ambientes que sanan, acompañan y sostienen.
Basado en estudios de Evans (2003) y Ulrich et al. (2008).